Desde que el Automóvil Club del Oeste (ACO), la FIA y el WEC anunciaron la desaparición de la categoría LMP2 para el año que viene, los diferentes equipos de la categoría comenzaron a reorganizarse: algunos seguirán en la European Le Mans Series (ELMS), otros cruzarán el Atlántico para correr en el campeonato IMSA y otros volverán en el Asian Le Mans Series (ALMS) post pandemia.
Desde 2021, la “categoría
de los privados” sufrió castigos reglamentarios para que no fueran más rápidos que
los nuevos Hypercar oficiales. La potencia del motor Gibson V8 de 4.200cc se
redujo a 536 caballos, se limitó el tanque de combustible a 65 litros, se
aumentó el peso del auto 20 kg, se implementó un kit aerodinámico de muy baja carga y
los compuestos de neumáticos más duros, provocaron que los autos fueran cada
vez más lentos.
El ACO, –detentora
de los reglamentos- anunció que en la European Le Mans Series (ELMS) podrán volver
a competir con su máxima potencia a partir de la próxima temporada, lo que no
ocurría desde el año 2020.
Esto significa
que el motor V8 Gibson desarrollará más de 564 caballos en un coche cuyo peso mínimo volverá a 930 kilos, con un consumo de combustible optimizado. Desde que Paul Di
Resta (United Autosport) logró el tiempo más rápido a una vuelta en un LMP2 en
las 24 Horas de Le Mans de 2020, marcando 3m24.528s, y los nuevos Hypercar/LMDh
desde 2021 mostraron ser más lentos, los castigos fueron en aumento.
En 2021, Antonio
Da Costa (Jota Sport) marcó 3m27.950s; en 2022, Robin Frinjs (WRT) 3m28.394s y
en 2023, Paul Loup Chatin (IDEC Sport) 3m32.923s.
Aunque los LMP2 podrán competir con toda libertad en la ELMS, cuando los ganadores reciban la invitación para acudir a las 24 Horas de Le Mans, nuevamente se aplicarán las restricciones técnicas para preservar la diferencia entre las clases. En IMSA, también continuarán con algunas restricciones para no “acercarse” a los GTP (LMDh).
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