En cualquier caso, tanto en lo que respecta a los hombres como a la máquina, se trata de una combinación de sólida experiencia y explosiva juventud. El copiloto francés, cinco veces ganador del Dakar con Nasser Al Attiyah, se sumó al piloto belga el pasado verano.
En enero de 2024, en su primera participación en Ultimate, el belga terminaba 2º en la general. Repitió la hazaña en el Rally de Marruecos a finales de año, al volante del Mini T1+ diesel de X-raid. Aunque ha sido un año lleno de cambios, el heredero del clan De Mévius no se ha desviado ni un ápice de su trayectoria impecable.
Ahora, Guillaume descubrirá el Mini JCW 3.0i con motor de gasolina, presentado el pasado mes de octubre con su compañero Guerlain Chicherit al volante: “El Mini es una evolución de un coche que lleva años en carrera. Tenemos una serie de novedades que hacen que el coche cambie mucho, pero no considero que estemos hablando de algo comparable a Dacia o Ford. La verdadera novedad es Ford, luego viene Dacia, que también es una evolución a pesar de todo, después nosotros, y por último Toyota que se mantiene sobre una base bien conocida. Este es mi segundo Dakar en Ultimate, quiero estar en el Top 5 y si es posible subir al podio. Si hay pugna por la victoria, allí estaremos”.
Cuando Guillaume dice “nosotros”, se refiere a la experiencia de Mathieu Baumel que tiene su propia visión del perfil de la 47ª edición: “Este Dakar es diferente porque no tendremos las motos delante durante seis días. Eso es lo que realmente marcará la diferencia. Hemos tenido ya piedras y las 48 horas en los últimos años, así que es un terreno que empezamos a conocer. Lo más importante va a ser nuestro posicionamiento en estos días sin motos delante”. El copiloto que más victorias ha cosechado de la parrilla se muestra entusiasmado: “Ya hemos recorrido 3.000 km juntos, Guillaume y yo, y hemos alcanzado un nivel de confianza mucho mayor del que se podría esperar en ese tiempo”.
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