Su trabajo en seguridad automovilística comenzó imprevistamente cuando se estrelló con su dragster cuando tenía 18 años en
1958, sufriendo fracturas en sus dos brazos. Durante su tiempo de
recuperación, Simpson ideó y desarrolló el paracaídas para detener ese tipo de
vehículo al terminar la prueba de picadas (1/4 de milla).
Mas tarde, creó Simpson Performance Products e Impact Racing,
compañías altamente exitosas que diseñaron, desarrollaron y produjeron más de
200 productos de seguridad para deportes de motor utilizados por conductores de
todas las series en todo el mundo, incluidos cascos, guantes, buzos ignífugos,
cinturones de seguridad, etc.
El mayor avance de seguridad para competición de Simpson se
produjo en 1967. Le presentaron un tejido resistente a la temperatura llamado
Nomex a través del astronauta de la NASA y entusiasta de las carreras, Pete
Conrad.
Simpson creó el primer buzo antiflama del mundo hecho de
Nomex y lo llevó al Indianápolis Motor Speedway en mayo, donde se convirtió en
una sensación de seguridad utilizada rápidamente por casi todos los pilotos. Vestido
con su traje Nomex y un casco, Simpson se prendió fuego durante una exhibición
para demostrar la efectividad de la vestimenta (foto).
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