En materia de pronósticos, para designar a un gran favorito siempre se puede apostar por Stéphane Peterhansel. Desde su primera victoria en motos en 1991, "Señor Dakar" ha cosechado 14 trofeos en 29 participaciones, una tasa de éxito que roza el 50%. Sin embargo, en esta ocasión se impone cierta cautela: Peterhansel no ha perdido su dominio del volante, ni de la navegación y llega con el mismo ímpetu, pero se lanza a una aventura que él mismo ha definido como "su mayor reto". Audi ha asumido el proyecto de construir y desarrollar un primer vehículo con un motor alternativo capaz de ganar el Dakar en una visión a medio plazo. La marca alemana ha fichado como estrellas principales a Stéphane Peterhansel, Carlos Sainz y Mattias Ekström y se fija el objetivo de apuntar alto muy rápido con el RS Q e-tron, sin tampoco precipitarse. La historia de la disciplina nos muestra que los más ambiciosos rara vez han conseguido el éxito en el primer intento con tecnologías tradicionales: los ejemplos más recientes son los de Volkswagen y Peugeot. Razón de más para ser pacientes cuando se quiere llevar a cabo una revolución tecnológica.
La gran incógnita de la fiabilidad y el rendimiento de
Audi hace que todas las miradas se giren hacia Toyota, que se ha labrado la
reputación de una asombrosa constancia técnica en los años que ha empleado su
Hilux. Sin embargo, el trío a la cabeza, conformado por Nasser Al Attiyah,
Giniel De Villiers y Yazeed Al Rajhi, no tendrá las cosas fáciles. El cambio de
reglamento que les permite, por ejemplo, contar con neumáticos más grandes, así
como con un recorrido de suspensión mayor ha conllevado la introducción de
modificaciones importantes. En la línea de salida estará presente un vehículo
que apenas ha recorrido algunos cientos de kilómetros en competición desde su
primera salida en Marruecos. Sus rivales del Team BRX, que se estrenaron el año
pasado, están en una situación similar. Misma causa, mismos efectos: la
adaptación a la nueva categoría T1+ ha supuesto más pruebas que carreras. Sin
embargo, Sébastien Loeb, Nani Roma y Orlando
Terranova acuden a la prueba para mejorar su quinta posición, obtenida por
el antiguo campeón español el pasado mes de enero.
En este contexto, los Buggys del team X-Raid, ganadores
de las dos últimas ediciones, se alzan como un valor seguro en la pugna por el
título. Además, hay que tener en cuenta que se ha confiado uno de los dos a
Jakub Przygonsky, asiduo al Top 5 desde su paso a los coches (4º en 2019 y
2021). Con este Buggy, el ganador ruso del Silk Way Rally Denis Krotov o el
argentino Sebastián Halpern (9º en
2018) pasan a la gama superior, lo que podría propulsarles cerca del podio
final. La incertidumbre reinante acrecienta también la ambición de las
estructuras que rara vez entran en la batalla por los primeros puestos, pero
que podrían aprovechar la ocasión para alcanzar el Top 5. Y no son pocos los
posibles candidatos: el checo Martin Prokop, sexto en 2019 con su proto Ford,
con suficiente experiencia ahora para apuntar más alto con el team Orlen;
Mathieu Serradori aspira también al Top 5 con su buggy Century CR6; el team Abu
Dhabi Racing se puede fijar igualmente ese objetivo con Cyril Despres y Sheikh
Khalid Al Qassimi con dos DKR 3008 PH-Sport; Christian Lavieille lidera con
entusiasmo al equipo Optimus de MD Rallye Sport; Guerlain Chicherit desea
volver al Top 10, esta vez con un vehículo que emplea un biocarburante.
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